"La ropa y tu pelo se movían al mismo compás, nada más..."
Hubiera querido decirle que eso no era todo,
que había algo más detrás de cada palabra.
Hubiera querido decirle que no entendía el cómo
ni el porqué de su presencia en mi vida,
pero que si entendía el cuánto, el qué tanto
había reverberado su lejana voz en mis aguas.
"Aire que se lleva tus misterios hacia el
sur se van..."
Hubiera querido aclararle aquellas nubes de los ojos,
y poder alejar a los miles de kilómetros que nos rodeaban,
hubiera querido poder resguardar mi voluble corazón
de los vientos que lo azotaron y lo remolcaron hacia otras
aguas.
Decirle que yo esperaba con las misma ansias esos Viernes,
que el correo había cobrado un significado totalmente
distinto,
que aquel papel garabateado, aquellas acuarelas y esas
fotos;
retazos de su mundo, formaban ahora parte del mío.
Hablarle y contarle lo mucho que ahora repetía
esas canciones que me pegó, lo mucho que aquellas notas
y acordes me hacían recordarle, recalcarle que su nombre
se había quedado aquí guardado en un rincón,
a salvo del miedo y de la culpa.
Me quedé con ganas de mostrarle la huella
que había instalado
en mi camino, decirle que Almódovar
era más que un simple señor con apellido raro,
que las fotos eran más que imágenes,
que el color verde era más que un simple color
y que aquel lazo invisible era más que eso,
eso hubiera querido decirle,
no sé si aún le lleguen los mensaje.
No sé si el viento aún esté de mi lado para hacerle llegar
estas palabras.
"Te deslizas como si fueras el viento y al contacto con
mis dedos te desvanecieras..."
¿Cómo no amar a alguien así?
Que lastima, no me toco.
3 de septiembre, lo recuerdo.
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