jueves, 5 de septiembre de 2013
Tienda de sombreros
Agosto se nos fue, un mes meramente ilustrativo
te dejo ver que mierdas es la vida, que cobra sin el mínimo
resentimiento y por adelantado.
Pasaron varios cumpleaños, hasta el mió falso, claro que si tengo
dos nombres, tengo dos cumpleaños, uno real uno falso
espero no olvidar un día cuál es cuál ó quizás el sistema me haga
creer que el verdadero es el falso.
Mi verano fue divertido, llore mucho, llore en secreto, bajo las sábanas
en la calle mientras llovía, lloré de la risa cuando me dolían los cachetes
de tanto reírme, unas que otras veces me aguante de llorar,
cuando estaba en la música de cámara, entre tanta señora couturs ¿cómo?
capaz que me soltaba a moco tendido y naiden me podía parar de la
chilladera, porque yo cuando chillo bien bien, puedo inundarme.
Ya me termine Ensayo sobre la ceguera, pinche Saramago,
Dios lo tenga en su santa gloria, esta bien intenso como describe
la vida en ese libro, de hecho si por mi fuera hasta empezaba a no sé
pensar un chingo en con quién me voy a casar, chale, que ni a novio
querido, lover, mi no sé es pior.
Esta canijo el asunto, aparte que entre líneas yo piense y piense
en Ella y el Él, porque digo, chile y pega uno nunca sabe.
Hay que dejarse llevar y dejarse bien, aflojarse todo, todo,
las manos, las piernas, el cuello, la espalda, tener un café en manos
de traguitos para no quemarse las jetas, las ideas, que por la calentura
uno ya después no siente pero que al otro día uno nomás se soba en silencio.
Quién sabe, dice doña Jesusa, que un NO es un NO,
aunque a uno le duela, tiene que respetarse ese no.
Y los -NO's- son de mis palabras favoritas.
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