"Tú, llegas siempre tarde, y yo, siempre esta esperándote"
Ni adivinaras quien se compro un encendedor como el tuyo ¿adivinaste?
Suena Carlos Sadness mientras expulso el humo del cigarro del día,
la nube blanca se extiende. "A lo mejor no podemos ni tocarnos" el requinto
me recuerda a Rey Pila que me recuerda su letra en "No. 114" que me recuerda
que no estas aquí, porque "dijo que no vendrá y esta vez quisiera verlo aparecer".
Se tardo tanto para entrar, para darse cuenta de lo que le di.
¿Por qué siempre espero rapidez? ¿Por qué aunque sé que no lo hará lo espero?
"Tendré que acostumbrarme a la impaciencia de que tú, llegas siempre tarde".
Creo que hay canciones que están escritas para él. Luego llegan mis amigos, siempre
que estas a punto de aventarte de la primer banqueta que se te atravesara para darle
fin a eso tan estúpido que ni siquiera puedes nombrar, a ese hoyo negro tan tuyo
que el frío se torna necesario, que debes sentirlo de vez en cuándo pues te recuerda
que desaparecerás, que te consumirá. Que la pinche vida se acaba y que debes recobrar
ese sentimiento de enamoramiento, de agarrarte de algo, de que llegue un abrazo
de un "algo" que te ayude a olvidar, a hacerte sentir inmortal como antes.
"Que mataras moustros por él" y que la jodida en promesas que un día vez que no,
que por más que intentes no se cumplen, ni las cumples por los dos.
Ya ni tu amor que tenías para los dos sirve. Bueno, o lo que pensabas, habías creado
así, así para los dos, para él.
"Si dejáramos de lado todo aquello que nos duele,
tendríamos un sitio para volver a ser alguien diferente"
Pasan los días en ausencias que se vuelven tan presentes.
Que los demás me hablan de sus amores, que los veo inconclusos
porque ni el 10 por-ciento me hace recordar eso que he dado por ti.
He leído más libros, he visto más películas, con algunas ansias de contarte
lo que me ha pasado, sea poco o mucho, los colores nuevos, algunas estrofas,
algunas frases que he robado de algunos libros.
Buscar que siempre me escuches, que seas tú a quien llene de todo lo que tengo
de todo esto que deseo compartir. Siempre con excusas, siempre para después
siempre plato de segunda mesa, con la poca dignidad que haz dejado en mi.
Por esas estúpidas despedidas tan aguadas, tan sin sabor que me dejaste,
"Vaya sensación algo se quemo por dentro".
El tabaco sabe horrible, esa sensación que se queda en la boca, en los dedos
apestando mis camisas.
Quizás ese nombre me persiga, quizás ese hombre ni sepa que existo.
Deberían justo estar aquí mis amigos, mis caninos, mi gente
unos drinks, buenas canciones, para perderse y fingir que me puedo
olvidar de ti, distrayéndome con algo más.
Se vuelve frío el día, me introduciré en la cueva, para leer más
por si decides volver, aquí te espero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario