martes, 12 de febrero de 2013
Afuera
Ya marco cuanto saldo tengo, 1, 2, 0... auricular
en la oreja, ese nervio recorriendome, -quizás esta
ocupada- ella si tiene cosas que hacer, no como tú,
con las mañanas de los martes libres.
Todo porque los martes no tienes editorial. Pero ah,
corre el primer timbre, -estas en un soriana, a kilómetros
ella, de seguro esta en clase, o resolviendo una ecuación-
segundo timbre... debo colgar, espera, cuelga, espera...
-¿Bueno?- (obviamente no reconoce tu voz, ella aún no
esta familiarizada con ese sonido infame. No como él.
aún dormido y a cualquier hora, sabría que eres tu.)
-Hola, soy yo [...]
Se emociono con la llamada. Me alegra, me siento con
nervios, ¿por qué? Bueno, ya estoy en la llamada,
ahora dile algo, lo primero que se te ocurra, ¡No!
lo primero no, es importante, no debes arruinar la
llamada, con ella no debes fracasar.
Creo que sigue emocionada, no esperaba algo así,
ahora crearas una nueva rutina, algo que deje más espacio
a lo espontaneo. Así los comienzos son divertidos.
Recuerda que los principios son la base de la diversión.
Sonaba a lo lejos, literalmente hablando -pues esta lejos-
no tanto, sigue estando en el mismo planeta, continente,
país, en el estado vecino.
Ahora debo acabar este libro, así podre tener tema de
conversación, ella es culta, sabe de todo.
Conoce letras extranjeras, es lo que me agrada que sea, ella.
El próximo martes.
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