martes, 27 de noviembre de 2012

Mi primer pluma


e
Ese frío que al tocar tus pies te estremece sólo un poco.
Del frío que siento, pero que no es tan frío como para mormarme,
sino sólo como un pequeño recordatorio de que el día de hoy es diferente,
dado que al vivir en una región cálida y húmeda, te acostumbras a esos parámetros. 


Lo que me gusta de este cuarto es que tiene un pequeño balcón,
(así que las serenatas son bienvenidas) hoy la naturaleza me brindó
un espectáculo de los que me gustan.

Aves haciendo formas, como danzando,al menos calculé 150 aves,
creo que fueron lo 45 seg más placenteros del mes.
Bueno estamos a día 15 todavía algo lo puede superar. 


Cuando despierto en capital. me gusta mirar por la ventana,
ver los carros pasar, luego veo la avenida, luego los altos
edificios que me rodean, la antena enorme y los espectaculares,
quizás para muchos ese lugar no sea agradable, ni el lugar ni la vista,
pero para mi tiene algo mágico. Ese ambiente, ese olor, esas mañanas frías. 


Luego a alistarse, almorzar muy bien puesto que la caminata nos espera.
Esta vez no podía faltar la sección de siempre, la parte en la que hablo de él.
Lo sé, ya se torno cliché. Pero por algo los clichés son clichés, porque funcionan.


Es de una dimensión distinta, y ellos no lo entienden. 
Y la gente teme a lo desconocido. Pero yo ya estoy lista.
Ready for abduction.

Luego reviso mi bolsa, verifico que esta mi cartera, mi celular,
mi cámara, los audífonos, el gel antibacterial y quizás algún articulo de temporada. 

Es en esta parte cuando siento los nervios, cuando se que se me enchina la piel,
que es verdad, que lo logré. Estoy a unos minutos de cruzarme con él. 


Selecciono una canción o dejo al shuffle hacer lo suyo. Luego reviso las llaves.
Abro la puerta de la casa, cierro correctamente, escaleras benditas, cierro la puerta,
camino a la entrada principal, quito el candado, salgo, cierro, listo.


-Estoy afuera. 


Salí del castillo, ahora el ruido de los coches esta más cerca,
llego a la esquina, me fijo a ambos lados antes de cruzar,
siento una leve corriente de aire fresco, pero como soy precavida no olvide mi chaqueta,
las gafas de sol. Aún tengo mis llaves en la mano.

Sigo nerviosa, pero trato de respirar como alguien normal.
Guardo mis llaves, cambio de canción sin razón.
Cruzo la calle, me se ese camino de memoria.
Puedo hacerlo con los ojos cerrados y guiar a alguien más. 


Llego a la avenida, elijo el camino, quizás izquierda-centro-derecha.
Los tres los conozco, ya antes me he perdido, pero hoy no.

Hoy se a dónde ir. Y sé que estará ahí, aún no suena mi celular,
se que tengo tiempo suficiente para llegar, si estuviera ahí me marcaría,
es algo desesperado. Pero yo sé que si corro llego antes,
si camino, por mis largos pasos llego a la hora acordada,
además ya tengo el tiempo calculado con todo y semáforos rojos,
digo por si acaso. No debo fallar, no puedo permitirme fallar, menos hoy.


Me decido, tomo el camino del centro, sigo las palmeras,
el anuncio de calle Niza, los arboles con flores moradas,
el señor de las frutas, la esquina con dos bancas,
ahora sólo tengo que caminar derecho, unos metros más,
fíjate cuando cruzas -digo para mi- claxons, claxons everywhere.

Luz roja, luz verde, avanzo. El índice que se torna verde en función de que avance,
es curioso, dónde vivo no hay de esos. En Japón la luz para avanzar es azul.

Pero voy emocionada, no escucho, siento dentro que mi corazón se acelera un poco,
es la altitud, es que me agite un poco, llevo varias cuadras caminando,
estás son más largas a las que yo estoy acostumbrada. Sigo.


Encuentro tiendas agradables, libros, cosas. 


Calles donde hay bancas con gente, es temprano pero la ciudad se empieza a llenar.
Estoy más cerca, cafés, cadenas comerciales, la Alameda,
Sanborns, Gandhí, debo poder cruzar la calle.

-Fíjate me repito- Carros, humanos, acelera mi respiración, tabaco, perfumes caros,
alguien pasa muy cerca de mi, no me gusta que los demás pasen cerca,
alguien paseado a su perro, no me muevo ¿por qué no me muevo?
sólo llevo aquí 5 segundos. Cruza -¡Ahora! no hay carros.
Gente tomando café, turistas.


Avanzo, las jardineras, más gente sentada, gente con cámaras,
sé que debo avanzar, se hacen lentos mis pasos, yo conozco aquí,
he venido con él tantas veces, claro sólo escuchándolo.
Quizás no sea lo mismo, pero para mi es valido. 

Se cuál es su lugar favorito, veo mis tenis, -Quiero vomitar-

-Alguien, usted, sí usted, puede recordarme mi nombre, por favor,
sólo esta vez, prometo anotarmelo en la mano, a la próxima...
Nadie me contesta.
Esta vez no me cabe, tengo escrito "Just do it" 



Otro paso, estoy llegando, suena mi celular. 
¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Qué?  ¿Quién será? ¿Él?
-No vendrá, me esta avisando. De seguro...
¿Qué, pero aún no contesto? 

Sí es él. 
Pero tengo puesto el manos libres, aplano el botón.

-Hooo..la.
-Hola, ¿Dónde estás? Ya estoy aquí.
-Ya llegue, voy caminado para allá.
-Aquí te veo.
-Sí.

...

Esta aquí. Parece que estoy en una toma 360°

-Señora, usted, recuérdeme mi nombre...

Avanzo. Pero no lo veo, es pequeño, pero no tanto.
¿Qué color de playera tendrá? ¿Que zapatos se habrá puesto?
¿Habrá traído su cámara?

Correré a abrazarlo. Anda, esta aquí.

Ay, no lo encuentro. Siento algo en mi hombro.
¡UN SECUESTRADOR! Volteo lentamente.

Es él. -¡Pfffff! Siento un alivio tremendo. 
Ya ha cambiado un poco su rostro, pero sus ojos, siguen igual de jóvenes.
Su cara se torno un poco más madura desde aquella primera vez que lo vi.
Sus manos, el tan delgado como siempre. Se dejo el bigote.
Tiene señas de barba. Su voz, escucharla en vivo, ver como mueve la boca 
al hablar, sus expresiones, cuando gesticula su sonrisa,
su cara de duda, esta moviendo su pelo, lo retira de su cara con su mano izquierda.
Puedo quedarme así todo el día, toda la vida. Lo puedo admirar.


-Hola. 

*(¿Qué le digo?)

-Hola. 
¿Ya vamos?

-Sí, vamos.